El 23 de diciembre de 2008, Alpedrete ha vivido uno de los plenos municipales más extravagantes y estrambóticos de su reciente historia democrática. En primer lugar el hecho de que el único punto del orden del día versara sobre las palabras, de las que se ha disculpado repetidamente, del alcalde de Getafe y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Pedro Castro, ya da una idea de lo que importan los problemas reales de los alpedreteños al equipo de gobierno, por más que en el pleno anterior, ordinario y que trató de la actualización de las tarifas del servicio de taxi, el portavoz del grupo popular D. Tomás Carrión se quejaba hipócritamente de que se tratara una moción referida a la memoria histórica, algo que, según él, poco importaba a los ciudadanos de Alpedrete. Suponemos, y tenemos que suponerlo porque el sr. Carrión, a pesar de ser el portavoz, apenas interviene en los plenos, más allá de repetir tristemente el pobre argumentario remitido desde la calle Génova, que las palabras de don Pedro Castro son, a juicio del sr. Carrión de tan extraordinaria importancia que justifican la convocatoria de un pleno extraordinario, que no acarrea nada más que gastos, tanto en dietas para los concejales asistentes y que no son remunerados, como en tiempo de trabajo para los que cobran del presupuesto municipal. La actitud del sr. Carrión, que día a día está abandonando su papel de portavoz para ir asumiendo el de “portasilencios” tiene como objetivo claro hurtar el debate, dejando el peso de las intervenciones a la alcaldesa que lo hace en último lugar y sin posibilidad de réplica. Esta táctica torticera, y que cae de lleno en lo que técnicamente se llama filibusterismo parlamentario, acompañada de las frecuentes “inexactitudes” y el escaso respeto a la verdad que tiene la alcaldesa provoca alguna que otra interrupción derivada de la indignación que pueden llegar a producir las palabras de la alcaldesa. En el pleno del 23 de diciembre de 2008, y después de intentar, sin éxito, que no saltaran al debate las muchas veces que dirigentes del PP han insultado de forma mucho más grave a quienes no les votan, acusándoles de apoyar a ETA sin ir más lejos, y desde luego más chabacana como el anuncio de Carlos Fabra de que se iría a mear a la sede de IU si le tocaba la lotería, la alcaldesa ha tenido la desfachatez de, en su arenga final, afirmar que ellos, los herederos de la Alianza Popular de Fraga y sus magníficos, no tenían pasado, mientras que el nuestro era turbio. La intervención de Francisco Javier Garcia Centeno protestando por tamaña falta a la verdad y el rigor se ha saldado con la expulsión del pleno del citado concejal, una prueba más del carácter escasamente democrático del PP.
Para el Grupo Municipal Izquierda Unida – Los Verdes, Pedro Castro ha pedido disculpas de unas intervenciones desafortunadas y ha cumplido con los mínimos políticos que se le había exigido en esta situación.
Pero el equipo de gobierno con la Alcaldesa al frente han preferido sumarse a la estrategia de tensión que dirige Esperanza Aguirre,seguramente para sumar apoyos dentro de la dirección regional del Partido Popular.
Es triste haber debatido sobre este único tema cuando los vecinos nos están exigiendo que solucionemos los problemas cercanos que están sufriendo diariamente y mas cuando se aprueban acuerdos tan ridículos como nombrar persona non grata a Pedro Castro.
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